El animador deberá motivar diciéndo que antes de comunicar a otro lo que soy, debo
reflexionar sobre ello. En la palabra, los signos, los gráficos que expresan la vida de la
persona, está presente ella misma.
Reflexión personal: escribir en una hoja que puede llamarse con bastante propiedad la
línea de mi vida, con un rayado de modo que horizontalmente presente las diferentes
edades.
Verticalemente se colocará una escala de grados que puede empezar en la parte superior
por la intensidad mayor: 100° hasta llegar a 0°. La línea de la vida cada cual la
elaborará de acuerdo a su propia vida, problemas, éxitos, etc., considerando la edad de
cada acontecimiento y la intensidad con que se cree haberlo vivido.
Trabajo en grupo: comentarios sobre las fráficas, en grupos de 5 a 8, motivado por un
deseo de darse a conocer, de valorar al otro con su vida, respetando profundamente sus
vivencias y conservándolas.
Resonancia: ¿la vida de los otros me cuestiona?